Pensamiento del 08/10/2009.
"Desde la mañana hasta la noche las personas se encuentran y se
saludan, pero la mayoría de las veces lo hacen maquinalmente,
con indiferencia y sin amor. Incluso en las familias, incluso en
las parejas...
Observad de qué forma un marido al salir de su casa besa a su
mujer: «Adiós querido, adiós querida...» y su beso es vacío, se
besan por costumbre. Entonces, no vale la pena hacerlo porque no
sirve de nada. Si se besa a alguien, debe ser para darle algo
bueno, para vivificarlo, para resucitarle. Pero ¿acaso hay
hombres y mujeres que sean conscientes de ello? ¡Cuándo el
marido se siente triste y desgraciado besa a su mujer para
consolarse y le transmite a ella su tristeza y su desánimo! Y su
mujer que los recibe se los devuelve de un modo u otro... En
efecto, los hombres y las mujeres realizan constantemente
intercambios entre ellos, pero ¿qué son estos intercambios? Sólo
Dios lo sabe... ¡o más bien son los diablos quienes lo saben! No
está prohibido besar a alguien, al contrario, pero debemos saber
cómo y cuándo besar para transmitirle la vida eterna."
Omraam Mikhaël Aïvanhov