Una represa de cierto pueblo se rompió, y estaban evacuando a todo
el mundo del poblado, pero un hombre se negaba dejar su casa,
alegando que era cristiano, que oraba todos los días, y que Dios lo
iba a salvar.
La policía pasó por las calles anunciando que se fueran a un
refugio, y le dijeron al hombre que ellos lo llevarían hasta el
refugio, pero el hombre les dijo:
- Yo soy cristiano y oro todos los días. Dios me salvará
Ya cuando las aguas cubrían las calles, pasó un hombre en una canoa,
y le gritó:
- Ya vienen las aguas, venga conmigo, que yo lo llevaré a salvo.
El hombre le respondió:
- Yo soy cristiano y oro todos los días. Dios me salvará.
El hombre de la canoa se fue.
Luego pasó un helicóptero y le tiró una soga para sacarlo de la
casa, pero el hombre rechazó la soga diciendo:
- Yo soy cristiano, oro todos los días. Dios me salvará.
El hombre murió ahogado y al llegar delante de Dios, le dijo:
- Señor, ¿no oraba yo todos los días, y era un cristiano fiel?,
¿por qué no me salvaste?
Dios le contestó:
- ¿No te envié la policía, al hombre en la canoa y hasta un
helicóptero?, ¿qué más querías de mí, hijo mío?