Me miró la montaña
Me miró la montaña, Como si en el pasado no me hubiese mirado; Y miré a la montaña, Como si nunca antes la hubiese contemplado. Hablamos largo rato, Como si hubiese sido esa la vez primera Que hubiésemos hablado; Y escuché sus palabras dolidas y sinceras: —¡Estoy horrorizada!— Me dijo la montaña. Mis bosques, Esos mismos que antes Fueran solaz y albergue De cuantos habitantes había en esta tierra, Se han convertido ahora En sangrientas trincheras, Como en encubridores de los mil desafueros. La humanidad ingrata No merece heredad. Ambos bandos se matan Con odio y sin piedad. Y me siento abrumada cuando oigo el tabletear De las armas funestas, Y el horrísono aullar De las bélicas huestes Que marchan —implacables— ante el grito de ¡GUERRA!
CORINA BRUNI |