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Enviado: 24/09/2009 17:35 |
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A abad sin ciencia y sin conciencia, no le salva la inocencia. A abril alabo si no vuelve el rabo. A amante que no es osado, dale de lado. A amo ruin, mozo malsín. A amor mal correspondido, ausencia y olvido. A amor y fortuna, resistencia ninguna. A año tuerto, labrar un huerto. A árbol caído, todo son piedras. A asno lerdo, arriero loco. A ayer, lo conocí; pero a mañana nunca lo vi. A balazos de plata y bombas de oro, rindió la plaza el moro. A barba moza, vergüenza poca. A barba muerta, obligación cubierta. A barbas honradas, honras colmadas. A barco nuevo, capitán viejo A beber me atrevo, porque a nadie debo y de lo mío bebo. A bestia comedora, piedras en la cebada. A bestia loca recuero modorro. A bestia loca, recuerdo modorro. A bicho que no conozcas, no le pises la cola. A bien dar o mal dar, por no pedir no ha de quedar. A bien obrar bien pagar. A bien te salgan, hija, estos arremangos. A bloque, la casa en roque. A bocado harón espolada de vino. A bocado harón, vino por espolón. A bodas y a niño bautizado, no vayas sin ser llamado. A borracho fino, primero agua y luego vino. A borregos recién esquilados, no les mande Dios viento helado. A borrico desconocido, no le toques la oreja. A buen amo, mejor criado. A buen andar o mal andar, comer y guardar. A buen año y malo, molinero y hortelano. A buen capellán, mejor sacristán. A buen comedor, quitárselo de delante. A buen entendedor, pocas palabras bastan. A buen gato, buen rato. A buena hambre no hay pan duro. A buen señor, buena demanda. A buen sueño no hay cama dura. A buena barbechera, mejor sementera. A buena confesión, mala penitencia. A buena fe y sin mal engaño, para mi quiero el provecho y para ti el daño. A buena fiesta, mala nueva. A buena hora pidió el rey gachas. A buena suela, mala pieza. A buenas ganas, huelgan las salsas. A buenas horas mangas verdes. A buenos ocios malos negocios. A buey viejo no le cates majada, que él se la cata. A buey viejo no se le saca paso. A buey viejo pasto tierno. A buey viejo, cencerro nuevo. A burra nueva, cincha amarilla. A burra vieja, albarda nueva. A burro desconocido, no le toques la oreja. A burro negro no le busques pelo blanco. A burro viejo, poco verde. A caballero nuevo, caballo viejo. A caballo ajeno, espuelas propias. A caballo brioso toca: o frenarlo o se desboca. A caballo corredor y hombre reñidor poco le dura el honor. A caballo corredor, cabestro corto. A caballo de alquiler: mucha carga y mal comer. A caballo de presente, no se le repara el diente. A caballo grande, grandes espuelas. A caballo nuevo jinete viejo. A caballo que se empaca, darle estaca. A caballo que vuela, ¿para qué la espuela?. A caballo regalado no se le mira el diente. A cabellos enredados, piojos por descontado. A cada cabeza su seso. A cada cajón, su aldabón. A cada cañada le llega su añada. A cada cerdo le llega su San Martín. A cada día bástale su maestría, y a cada momento, su pensamiento. A cada guaraguao le llega su pitirre. A cada pajarillo le gusta su nidillo. A cada pajarillo parécele bien su nido. A cada paje, su ropaje. A cada parte hay tres leguas de mal camino. A cada paso, un gazapo. A cada pez le llega su vez. A cada puerco le llega su San Martín. A cada puerta, su dueña. A cada renacuajo dio Dios su cuajo. A cada santo le llega su día de fiesta. A callarse ranas, que va a predicar el sapo. A cama chica, echarse en medio. A can que lame ceniza, no le debes confiar la harina. | |
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