Pensamiento del 08/11/2009.
"La naturaleza nos ofrece el espectáculo de una extraordinaria
diversidad de formas, pero por otro lado, constatamos que hay
una gran semejanza entre los individuos que pertenecen a la
misma especie. Tomemos el ejemplo de los árboles... el roble, el
álamo, la higuera, ¡cuánta diversidad en la forma de sus hojas!
Pero las hojas de un mismo árbol se parecen todas entre sí.
Observad también a los peces, a los insectos; ¡cuántas especies
y cuántas formas diferentes! Pero ¿podéis hallar la diferencia
entre una mosca y otra mosca de la misma especie?...
Ahora, comparad los rostros de varios seres que tienen una vida
espiritual intensa: ¡qué diferencia y qué riqueza en su
expresión! Y observad a gente basta, muy primitiva, que no
tienen ninguna vida interior: tienen una expresión idéntica. Por
un lado, encontramos por lo tanto la simplificación, y por el
otro la diferenciación. Cuando más nos elevamos, más nos
simplificamos y nos unimos, pero nos volvemos más expresivos,
más vibrantes, llenos de vida y de matices. Y cuando más
descendemos hacia las regiones inferiores, más las formas se
multiplican, pero el individuo pierde más su expresividad."
Omraam Mikhaël Aïvanhov