Aquel frío que traspasó el corazón dormido,
Aquel grito rebelde de negación del presente,
Aquellas preguntas que no han sido respondidas...
El camino se nubla justo después del despunte del sol en el horizonte
Y así, nada mas, me cortó las alas, aquel que un día me enseñó a volar.
El refugio que busco es el manto de mi señora,
No he llegado ha pedirte nada madre mía,
He llegado a cobijarme en tu lecho porque hoy,
Justamente hoy se apagó la luz y se arruinó el fuego que calentaba mi alma.
Y no reniego el como me siento
Solo quiero que él, el artesano de mi lado humano,
Encuentre la verdadera libertad aunque no sea a mi lado.
Y la noche obscura deambula como acechando.
Pero un ángel se deja ver, mas soy yo la que no quiere ser vista...
Soy aquella que prefiere escuchar el silencio de la noche obscura
Soy simplemente esa que se conforma con ver pasar estrellas fugaces...
Soy esa que entrega el corazón en blanca fuente y no espera nada mas...
Y la noche se torna mas obscura y silenciosa aun,
pero debajo del silencio encuentro el bullicio de mis sueños,
escucho sus gritos y puedo hasta tocarlos...
Y aunque la noche sea obscura y mis ojos no puedan ver...
siempre podré cerrarlos y ver la luz de mis sueños con lo ojos de
mi corazón.