CALCETIN OLOROSO
Érase que se era
un calcetín oloroso
que aunque siempre apestaba
era honrado y orgulloso.
Llegada la Nochebuena
en la chimenea se colgó
con la esperanza de que lo colmaran
de regalos y de amor.
Allí se quedó enganchado
todo lleno de emoción
esperando a Papá Noel
con alegría e ilusión.
Cuando la noche llegó
y los niños se durmieron
ya apestaba en el salón
como si hubieran tirado un pun.
Papá Noel al entrar
se tapó la nariz de repente
-¡Quién ha tirado un puno acá!
¡Este olor es repelente!
Oloroso, muy ufano,
enfadado respondió
-Aquí no huele a pun, humano
¡Huele a queso del mejor!
d/a