Virgen de Guadalupe
Hermosa Virgen de Guadalupe,
te pido en nombre de todos
mis hermanos del mundo
que nos bendigas y nos protejas.
Danos una prueba de tu amor y bondad
y recibe nuestras plegarias y oraciones.
Oh Purísima Virgen de Guadalupe,
alcánzame de tu hijo el perdón
de mis pecados, bendición para
mi trabajo, remedio a mis enfermedades
y necesidades, y todo lo que creas
conveniente pedir para mi familia.
Oh Santa Madre de Dios, no desprecies
las suplicas que te dirigimos en
nuestras necesidades.
Virgen de Guadalupe,
que en tus apariciones
celestiales de la colina
del Tepeyac, aseguraste
mostrar tu amor,
compasion y auxilio
a los que te amaran
y acudieran a ti en sus
necesidades y afflicciones;
y tambien nos prometiste
escuchar y remediar
nuestras meserias,
penas y dolores.
Amen
Hermosa Virgen de Guadalupe, te pido en nombre de todos mis hermanos del mundo que bendigas y nos protejas. Danos una prueba de tu amor y bondad y recibe nuestras plegarias y oraciones.
Queridos hermanos, antes que nada quiero decirles que la Virgen de Guadalupe es buena y milagrosa y siempre nos acompana en cualquier lugar.
Oh Purisima Virgen de Guadalupe, Alcanzame de tu hijo el perdon de mis pecados, bendicion para mi trabajo, remedio a mis enfermedades y necesidades, y todo lo que creas conveniente pedir para mi familia. Oh Santa Madre de Dios, no desprecies las suplicas que te dirigimos en nuestras necesidades. Amen
María Madre
La Virgen,
sonríe muy bella.
¡Ya brotó el Rosal,
que bajó a la tierra
para perfumar!
La Virgen María
canta nanas ya.
Y canta a una estrella
que supo bajar
a Belén volando
como un pastor más.
Tres Reyes llegaron;
cesa de nevar.
¡La luna le ha visto,
cesa de llorar!
Su llanto de nieve
cuajó en el pinar.
Mil ángeles cantan
canción de cristal
que un Clavel nació
de un suave Rosal.
Gloria Fuertes
Como el triste piloto que por el mar incierto se ve, con turbios ojos, sujeto de la pena sobre las corvas olas, que vomitando arena lo tienen de la espuma salpicado y cubierto, cuando , sin esperanza, de espanto medio muerto, ve el fuego de Santelmo lucir sobre e antena, y, adorando su lumbre, de gozo el alma llena, halla su nave cascada surgida en dulce puerto, asi yo el mar surcaba de penas y de enojos, y, con tormenta fiera, ya de las aguas hondas medio cubierto estaba, la fuerza y luz perdida, cuando mire la lumbre! Oh! Virgen! de tus ojos, con cuyos resplandores, quietandose las ondas, llegue al dichoso puerto donde escape la vida.
Pedro Espinosa
Entraron en la casa, vieron al Nino
con su madre, Maria, y echandose por
tierra le rindieron homenaje.
Despues abrieron sus arquetas y
le ofrecieron como dones,
oro, incienso y mirra.
(Mt 2, 1-12).