Hay un niño en la cama de un hospital, pero más que hospital es un campo de refugiados. Y bajo el fuego cruzado de múltiples enemigos , el niño se encuentra semi-mutilado y, en algunas pocas horas seguro morirá.
El niño siente un intenso dolor, mucha confusión y angustia, y está terriblemente delgado hasta los huesos. Sus ojos inocentes parecen salir de sus órbitas y su respiración es agitada.
Hay ruido de fuego en el ambiente y no hay ¿cómo consolidar la Paz?. El niño se siente terriblemente solo. Sus padres quizás han huído o tal vez han muerto.
Los pocos médicos ya no pueden brindarle atención, no tienen los medios ni los medicamentos. Para algunos hay esperanza pero para el niño, la luz de la vida se va opacando.
Ese niño puede ser cualquiera de nosotros, puede ser nuestro hijo, un familiar o nuestro amigo.
Y siguiendo nuestra reflexión ,les preguntó:
¿Qué es aquello por el cual la humanidad se puede sentir orgulloso? Será su poder, su tecnología, su ciencia, su política o su economía? ¿Qué se ha logrado en los lugares y civilizaciones más poderosas?
Nos encontramos con los diferentes rostros del horror, y a un grado muy sofisticado de degeneración y degradación humana. Sucede que el hombre posee una gran soberbia interna, y cree en un falso Dios, de control y de poder.
¿ Dónde está el hombre moderno del futuro, aquel que mira las estrellas y quiere alcanzarlo? Pero el mundo se corrompe, la inocencia se pervierte y entonces reina el odio y la muerte.
¿ Dónde se encuentra la Paz ? Acaso en el sepulcro, acaso en la miseria y en la soledad. ¿ En que se ha convertido el mundo ? Y todo esto no es para criticarlo sino para llamarlo, para decirle, para advertirle y convocarlo, para que escuche, que se conmueva, y para que cambie.
Muere el niño y ¿ Esta es la gloria de los ejércitos? ¿ Es este el precio de la libertad de los pueblos ? y ¿ Es este la ciencia de los hombres? Una máquina de destrucción cada vez más sofisticada y sin embargo, la vida es cruelmente mutilada. Se siente hambre de Paz y sed de tranquilidad. Hay muchas personas con carencias de libertad, pero a nadie parece importarle.
¿Porque no para todo el mundo de su labor e indiferencia ? y dicen ya basta !.
La razón es muy simple y muy cruel. A nadie le importa. Solo importa el reinado del falso dios, el poder de la destrucción y de la muerte.
Dicho esto, busquemos a Dios y lo hallaremos.
Porque los corazones se han puesto de piedra, porque los valores se han olvidado, porque ya nada parece importar. Y eso significa que el día menos pensado, ese niño que murió solo y que agonizaba en medio de la angustia y desesperación , ese niño quizás pueda ser yo, o quizás tu, o todos, y nos quedamos con los brazos cruzados. Porqué entonces creerse el centro del universo, la criatura pensante, si no cambiamos y no buscamos el Amor y la Paz.
"Reflexion", Oscar Basurto
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