A unque no lo notemos, el agujero en la capa de ozono también afecta la visión, entre otros males.
Cada vez más deteriorado, este escudo protector es el que se interpone entre las nocivas radiaciones ultravioleta y nuestro cuerpo.
Los ojos no están exentos de esta desprotección y el exceso de luz los coloca en
inferioridad de condiciones.
Por eso es indispensable ayudarlos a equilibrar estas falencias para evitar complicaciones que van desde irritación hasta queratitis y cataratas.
En principio, el oculista será el más indicado para recomendar el tipo de lente que se
necesite para exponerse al sol, con la graduación y el cristal más adecuados. Vaya
adelantándose y conozca cuáles son los cristales protectores.
Cristales de sol: actúan por absorción de la energía radiante. Para las personas que
sólo los usarán en la playa, por ejemplo, se recomiendan los vidrios ópticos
coloreados comunes, preferentemente con tinte 3.
Los cristales espejados: al contrario de los anteriores eliminan la radiación por
reflexión, por eso son ideales para los deportes de alta montaña, como el esquí,
Por último, y ya entrando en los modelos más sofisticados, los critales polarizados
y los luminizados son más complejos y sólo aptos para gente que se exponga durante muchas horas al sol.