EL SACO DE PLUMAS
Había una vez un hombre que calumnió grandemente
a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo
al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina
que trajo con sus calumnias a ese amigo,
y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:
"Quiero arreglar todo el mal que hice
a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?",
a lo que el hombre respondió:
"Toma un saco lleno de plumas ligeras
y pequeñas y suelta una donde vayas".
El hombre muy contento
por aquello tan fácil tomó
el saco lleno de plumas
y al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo:
"Ya he terminado",
a lo que el sabio contestó:
"Esa es la parte más fácil.
Ahora debes volver a llenar el saco
con las mismas plumas que soltaste.
Sal a la calle y búscalas".
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El hombre se sintió muy triste,
pues sabía lo que eso significaba
y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo:
"Así como no pudiste juntar
de nuevo las plumas
que volaron con el viento,
así mismo el mal que hiciste
voló de boca en boca
y el daño ya está hecho.
Lo único que puedes hacer
es pedirle perdón a tu amigo,
pues no hay forma de revertir lo que hiciste".
"Cometer errores es de humanos
y de sabios pedir perdón".