
SEMBRADOR CELESTIAL
Dos amigos no se veían desde hacía mucho tiempo.
Uno de ellos vivíafuera de la ciudad,
se dedicaba a labrar la tierra,
su pasión era sembrar y cultivar el campo,
su nombre era Alfonso.
En cambio Joel vivía en la ciudad,
era un prominente hombre de negocios,
se podría decir que era un próspero empresario.
Además, era un católico que amaba a Jesús,
asistía a misa y leía la Biblia.
Joel, cansado de la vida de la ciudad,
decide ir a visitar a su gran amigo Alfonso,
pues hacía 6 años que no lo veía.
Así pues, una mañana calurosa,
acompañado de su familia,
emprende el viaje rumbo al campo
donde se encontraría con Alfonso.
El reencuentro de los dos amigos fue muy emotivo,
pues ambos se tenían un gran aprecio.
Pasaron todo el día dialogando
acerca de lo que habían
hecho durante los años que no se veían.
En un momento de esos, Joel, mirando hacia el Norte
y descubriendo unos inmensos cultivos de maíz,
pregunta a su amigo:
-Oye, ¡qué gran sembradía de maíz! ¿Son tuyos?
Alfonso responde con mucho orgullos, reflejado en su rostro:
¡Sí! Son míos. Todo ese sembradío que ves hacia el Norte es mío.
Luego Joel da la vuelta hacia el Sur
y se encuentra con una maravilla de cultivos de trigo.
-Y ese trigo sembrado en todo el Sur, ¿de quién es? -pregunta.
Responde Alfonso:
Todo ese trigo que ves sembrado hacia el Sur también es mío.
Continúan caminando y llegan a un floreciente cultivo de soya que se
extendía hacia el Oeste. Antes que pregunte Joel,
Alfonso le dice: También son míos.
Siguen su paseo recorriendo los sembradíos y llegan a un cultivo de hortalizas.
Joel maravilladopregunta nuevamente:
No me digas que todo eso también es tuyo.
¡Por supuesto que sí!
También es mío, -replica Alfonso.
Hummm, o sea que tú tienes sembradíos por todas partes:
Tú has sembrado en el Sur, en el Norte, hacia el Este y también al Oeste...
¡Guauuu! Qué maravillas,
por TODAS PARTES HAS SEMBRADO.
No lo puedo creer.
Quizás debe haber algún lugar donde tú no hayas sembrado.
Alfonso, nuevamente con orgullo, afirma:
Ese soy yo, un SEMBRADOR EMPEDERNIDO.
De pronto Joel, mirando hacia el Cielo,
se le ocurre hacerle la última pregunta a su amigo y le dice:
Estimado amigo Alfonso, y allá arriba, en el cielo,
¿TIENES ALGO SEMBRADO?
Un fragmento de Adhemar Cuéllar

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