Compañeros…: el anhelo de trascenderse a sí mismo, de alcanzar un estado de “supra-conciencia”, lo ha acompañado al hombre desde que es hombre.
Y los diferentes senderos de búsqueda han apuntado siempre al mismo objetivo, aunque lo definan con distintos nombres; por ejemplo, en EL CUARTO CAMINO (sistema de conocimiento enseñado por el mistagogo ruso Gurdjieff a principios del siglo pasado), se propugnaba alcanzar un estado de “despiertitud”, utilizando –entre otras- la técnica del “recuerdo de sí” (estar conciente de sí mismo en cada instante).
Su principal discípulo, el matemático y filósofo también ruso, Ouspensky, en su libro “En busca de lo milagroso -Fragmentos de una enseñanza desconocida-”, lo explica así:
“En estado de vigilia el hombre ¨es una máquina¨; todo ¨le sucede¨: no puede detener el flujo de sus pensamientos, no puede controlar su imaginación, sus emociones, su atención.
Vive en un mundo subjetivo de ¨quiero¨, ¨ no quiero¨; ¨me gusta¨, ¨no me gusta¨, pero no ve el mundo real; no se ¨recuerda a sí mismo¨, ¨vive en el sueño¨, duerme.
No es sino al comenzar a ¨recordarse a si mismo¨, cuando un hombre puede realmente despertar. Y entonces toda la vida circundante adquiere para él un aspecto diferente y un sentido diferente: la ve como una ¨vida de gente dormida¨, una vida de sueño.
¿Cómo despertar? ¿Cómo escapar de este sueño? Estas preguntas son las más importantes, las más vitales que un hombre puede hacerse.
Cuando un hombre haya comprendido que no se recuerda a si mismo, y que el recuerdo de si es el comienzo del despertar, puede comenzar a observarse a si mismo, puede intentar alcanzar la ¨conciencia objetiva¨, para empezar a ver las cosas TAL CUAL SON.
Porque las posibilidades del hombre son inmensas; no tienen idea de lo que el hombre es capaz de alcanzar.
PERO NADA SE PUEDE ALCANZAR EN EL SUEÑO.”
También en los Evangelios, camaradas, este mismo mensaje se repite una y otra vez, de distintas maneras: “DESPERTAD”…”VIGILAD”…”NO DURMAIS…”
Justamente las energías que están acariciando al Planeta en estos tiempos de ascensión, facilitan en gran medida ese DESPERTAR…
Y los dones que se vierten sobre nosotros cuando hacemos parcialmente a un lado el sueño (el velo), son simplemente maravillosos…y ahora mismo nos están esperando…
JORGE