
¡Deja que la energía de menor vibración, pase por tu costado…sin causarte perjuicio…!: ¡la clave es ignorarla!: cada vez que pretenda -desde su confusión-, provocarte molestias…: ¡suspende todo juicio!, ¡limítate a mirarla!
¡Ya nadie que te agravie puede afectarte ahora!, pues te has habilitado –de un modo muy sencillo- a no advertir sus faltas… ¡y es que al fin tu conciencia serenamente mora en planos superiores…, entre el radiante brillo de frecuencias más altas…!
Y desde tu santuario sagrado y personal, veras esas ofensas pasar cerca de ti, sin que ni una te toque… ¡y es que ya nadie puede provocarle algún mal, a aquél que en cierta forma deja de estar allí…, cuando eleva su enfoque…!
(Aunque de todos modos, tu corazón amante le tenderá su mano a ese que te lastima, si es que llegara el caso… -como dijo un poeta, de manera brillante: “…si una espina me hiere…, me aparto de la espina…, ¡pero no la rechazo…!”-)
Jorge


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