Existe un tesoro… sólo para ti…, -una joya pura…, una conexión…-, que te fue entregado al llegar aquí… …y ese es, compañero…¡tu bendito don!
¡¿Qué tu no lo tienes…?! ¡Eso es imposible! ¡Todos arribamos con una misión…!, y es tu don, amigo, quien la hace visible : ¡ese que llevamos en el corazón…!
Y él se te revela, así…de repente… -no importa el oficio ni la profesión-, cuando en eso que haces, brota, transparente, todo tu entusiasmo…toda tu pasión…
Y cuando aparece, trae aparejado un tiempo sin tiempo de dulce emoción…, ¡un flujo sublime…etéreo…elevado…, de pura belleza…de alta vibración…!
¡Un aliento suave… de dicha sin par…, que llena tus horas de satisfacción…, que te pone alas…y te hace rozar el rostro divino de la perfección…!
Él borra de un soplo la abulia y el tedio…, y al llevarte a mundos de luz y creación…, vas sintiendo entonces, que por tu intermedio, …quien se manifiesta…¡es Dios en acción!
¡Atrevete, amigo, a la rebeldía de salir del surco trillado y tristón, de aquellos que tratan, -en su medianía-, que los acompañes en su frustración!
¡Elegí que quede marcada tu huella!, ¡no prives al mundo de tu aportación!, ¡no quieras marcharte sin bajar tu estrella!: ¡no nos escatimes… tu bendito don…!
Jorge
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