Qué verdad tan hermosa: ¡Servir a
los demás!, es dejar el interés, es renunciar a la recompensa, pues
cuando ayudamos nuestro ego busca reconocimiento social, pero cuando humanamente
hacemos lo de nosotros dando lo máximo con amor nos invade una alegría inmensa
parecida a la felicidad porque nos sentimos útiles cumpliendo nuestra misión
para la cual fuimos creados: Servir a los demás, el mejor propósito que todo ser
humano debe tener claro al final del día, del año y de su
vida.
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