FRENTE AL MAR
Oh
mar, enorme mar, corazón fiero De ritmo desigual, corazón malo, Yo soy
más blanda que ese pobre palo Que se pudre en tus ondas prisionero.
Oh mar, dame tu cólera tremenda, Yo me pasé la vida perdonando,
Porque entendía, mar, yo me fui dando: «Piedad, piedad para el que más
ofenda».
Vulgaridad, vulgaridad me acosa. Ah, me han comprado la
ciudad y el hombre. Hazme tener tu cólera sin nombre: Ya me fatiga esta
misión de rosa.
¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena, Me falta el
aire y donde falta quedo, Quisiera no entender, pero no puedo: Es la
vulgaridad que me envenena.
Me empobrecí porque entender abruma, Me
empobrecí porque entender sofoca, ¡Bendecida la fuerza de la roca! Yo
tengo el corazón como la espuma.
Mar, yo soñaba ser como tú eres,
Allá en las tardes que la vida mía Bajo las horas cálidas se abría...
Ah, yo soñaba ser como tú eres.
Mírame aquí, pequeña, miserable,
Todo dolor me vence, todo sueño; Mar, dame, dame el inefable empeño
De tornarme soberbia, inalcanzable.
Dame tu sal, tu yodo, tu
fiereza. ¡Aire de mar!... ¡Oh, tempestad! ¡Oh enojo! Desdichada de mí,
soy un abrojo, Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.
Y el alma mía es
como el mar, es eso, Ah, la ciudad la pudre y la equivoca; Pequeña vida
que dolor provoca, ¡Que pueda libertarme de su peso!
Vuele mi
empeño, mi esperanza vuele... La vida mía debió ser horrible, Debió ser
una arteria incontenible Y apenas es cicatriz que siempre
duele.
Alfonsina Storni
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