A TI DIOS MIO
Dios mío, tu me ayudas a soportar la fatiga,
vencer el abatimiento y olvidar el cansancio.
Tu me ayudas cuando hay tristeza en el corazón,
templas mi confianza, reanimas mi espíritu.
A tu lado todo es luz si estoy desilusionado y me fortaleces
para recuperar lo que he perdido.
Me recuerdas que con fe los esfuerzos no son estériles.
Tu, Señor, alejas la melancolía y me confortas.
Me levantas cuando caigo, me perdonas con amor tierno
y
me prometes tiempos más favorables.
Me enseñas a aprender de mis errores
me das paciencia en un camino en el que se
alternan las penas y los gozos.
Me conduces por el sendero recto en el que la vida nunca es inútil
cuando el amor es presente.
Me invitas a centrarme en lo esencial,
dejar de lado asuntos de poca importancia
y avanzar sin desfallecer.
Gracias por tu luz.
(Ruth Bermeo)

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