
Para avanzar, amigo, en tu sendero, de un modo verdadero y sustancial, resulta imprescindible que primero superes un escollo primordial…:
¡¿Con qué persona no te estás hablando?! ¿¡A quién querés ver lejos de tu vida?! ¡¿Qué prójimo ¨perverso¨ va arrojando, día tras día, más sal sobre tu herida…?!
¡Ese es tu desafío, compañero! ¡Esa es la piedrecilla en tu zapato!: ¡ese fantasma que llega traicionero para hacerte pasar un muy mal rato…!
“¿¡Perdonarlo algún día…?! ¿¡Volver a hablarle…?! ¡¡¡Yo, con esa persona…nunca jamás…!!!” ¡Y le estás entregando –sin preguntarle-, la llave de tu dicha y de tu paz…!
¡¿Pero no comprendés la paradoja…?! ¡Ella es sólo una excusa del Universo…! ¡Es tan sólo un pretexto sobre tu hoja para que al fin escribas tu mejor verso…!
¡Apenas está actuando como una lente que te muestra aumentado tu egoísmo!, porque eso que te irrita en el de enfrente… ¡es lo que más te irrita de ti mismo…!
En esta inmensa galería de espejos, nuestra tarea es siempre reflejar…, y nos miramos luego en los reflejos… ¡sólo para podernos despertar…!
¡Agradecele a ese hermano del camino lo que te está enseñando en este viaje…!, porque en las espirales del destino, ¡él es parte de ti…con otro traje…!
¡Acaricialo con tu pensamiento…! ¡Irradiale tu amor en el sendero…! ¡Y brillará tu luz, como diciendo…: “¡escollo superado, compañero…!”
Jorge Oyhanarte



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