Tuve el sol en mis manos una tarde de otoño,
cuando las hojas secas crujían al pisar…,
y los destellos de oro le pintaban un moño
al regalo de un cielo que no se vuelve a dar…
Tuve el sol en mis manos…¡ y lo dejé marchar…!
Tuve la lluvia leve una mañana tenue,
cuando goteaba el cielo un llanto de mujer…
¡lágrimas cristalinas sobre mi piel sedienta,
bordaban arabescos que ya no han de volver…!
Tuve la lluvia leve… ¡ y la dejé correr…!
Tuve la luna llena atrapada en mis ojos,
cuando en algún descuido de su ir y venir,
usé sus mismas redes de hilos nacarados
y de rayos de plata…para poderla asír….
Tuve la luna llena… ¡ y la dejé partir…!
Tengo la suave brisa de la Nueva Energía,
que me acaricia entero…y que me hace temblar…;
me estremece en espasmos de loca algarabía…,
y me transporta a un reino sin tiempo ni lugar…
Tengo esa brisa suave… ¡ y la dejo soplar…!
Jorge Oyhanarte