Estoy deshabitada, sin rumores filtrandose por puerta ni ventana, me ignora el despertar de la mañana con su estrepito alegre y sus colores...
Hermetico recinto, en que las flores mueren de amarga soledad temprana, en la sombra, el silencio y la desgana que constituyen mis alrededores...
Se que un mundo adyacente y verbenero, mas ficticio quiza que verdadero, vibra, pulula, ofrece en la fachada... Estuve en el, y le encontre vacio, y ahora en este rincon que llamo mio, deshabitada vivo, con mi nada...