La musa y el sentimiento
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Buenos Días mis queridos amigos:
Hoy el día esta entristecido, aunque es domingo, llueve y la niebla cubre la cima del “bosque del Yunque” es como un día de luto. Pero es una bendición de cuando llega el monzón como allá en el oriente, lo he vivido en “Corea del Sur” por meses y meses. Sí, allá en donde se le llama: “The land of the Morning Calm.” La tierra de las mañanas en calma. Y hoy me ha llegado esa vieja ilusión, un algo así, como un “Deja Vu.” De algo que una vez yo viví en una tierra tan lejana, de unas costumbres que las civilizaciones del oeste no entienden, porque para nosotros es rutina y para ellos es tradición un algo así como una cena judía. Si esas son viejas tradiciones, la de comer con palitos, beber vino de arroz, llamado Mackly y su comida favorita Kimchi. Hombre… Adachi, mujer… yobosel, querida… yobo, te amo… saran han mida, aña ja seo… hola como estás, hermosa… Ipuda, comer… mogo, arroz… pom, hielo orum, dame, kachigua y muchas mas que jamás olvidaré. Aunque yo las escribí basado en una orientación fonética latina, aprendí a hablar como ellos y su cultura. Fue durante mí juventud mientras estaba bajo bandera. Hoy bajo esta lluvia miró hacia atrás y les dejo éste pequeño retrato de una hermosa vida que yo viví en una villa hacen más de 40 años y todavía lo tengo latente en mi mente. Porque yo viví entre ellos en una villa llamada “Shipchondon en Sinchón” lo cual es muy cerca de Inchón y de Seoul la capital de Corea del Sur. Todavía recuerdo el nombre de mi amada, Cha Soon Hui, hermosa coreana con la cual casi me caso, pero no pudo ser, por las restricciones militares y los acuerdos, era casi imposible traté pero no lo logré, porque me mandaron desde Corea hasta Alemania, gran recorrido casi la mitad al otro lado del mundo. Nos comunicábamos, pero el army (el ejercito) me lo impedía. Así que olvidé el esfuerzo, pero nunca sus bellos recuerdos los cuales siempre llevaré hasta el día de mi muerte en mi corazón, es que no hay porque. Fue triste pero así es el destino cuando se juega al amor en especial cuando es casi imposible. Es igual que la poesía y el desamor, es igual al poema perfecto cuando sale de una bella inspiración. Y cuál es la gran diferencia, que cuando no se inventan, los versos fluyen y es de esa noción exactamente de que se trata el poema, de lo que es y no es poesía. En mi caso yo he vivido tanto, he viajado tanto, el servicio militar, los arrabales, la pobreza, las prisiones y cárceles, el ser marino mercante, pescador y capitán de barco, las adicciones, la universidad y si mis amores, “cuántos no sé, pero todo me ha dado mucha pero mucha tela para poder cortar. Y cuando tomamos todo eso y lo esquematizamos y lo organizamos se convierte en algo así como en “el coloquio de los perros” del gran Miguel de Cervantes. Y he aquí ese poema…
La musa y el sentimiento
¿Qué es lo que nos habla cuando nos llenamos de fantasías? ¡Y queremos conquistar nuestros sueños! Al leer o ver lo que nos motiva a querer ser lo mejor que podemos con un esquema fantasmagórico que nos lleva a perdemos en ese desierto. Al seguir dando vueltas en el mismo sitio cuando perdemos el sentido de dirección.
Pero de qué vale— si nos ofuscamos entre tanta palabrería de versos y rimas, tan vacías de todo sentimiento…
Si una rosa es una rosa déjala desnuda, así de pura “déjala simple” y verás como ella brilla por si sola, como decía Darío… y Juan ramón: “como llegó a este mundo, desnuda.”
Insólito es querer conquistar al universo de la poesía con versos funestos, esos de ultra tumba, de cementerio… que escriben los vivos para los muertos. Así como lo hizo Neruda, Amado Nervo, Juan Ra, Darío, Gabriela Mistral, estos son algunos que llegaron a la gloria, antes de pasar al cielo, ¡no es éste un hermoso sueño!
¡Es que hay veces que nos falta talento, para saber cuando hay que dejarlos quietos!
Muchos citamos el latín y un poco de griego, nos convertimos en un Aristóteles y terminamos como un Sísifo. Empujando la misma piedra cuesta arriba, pero nunca lo lograremos llegar hasta la cima, allá en el Olimpos de los versos. Porque seguiremos rodando la misma piedra en gerundio o pluscuamperfecto.
Y así son los versos que no nacen de un embrío completo. Esos que nacen desde el corazón esos que hay que sacar con una noria, porque no hay otra forma de podértelos sacar de tan adentro.
II
Hoy caminé por el patio a darle los desperdicios a los perros, “pero que tiene que ver eso con poesía” cuando hablamos con propiedad de estos versos.
Es que ayer en la tarde salí a levantar mis ropas frescas y limpias del tendedero, para que no se mojaran con el mal tiempo. Si bien lo recuerdo, allí no había nada, era como en un desierto, lo cual no era cierto. Es que no me había fijado, para serte honesto. Pero ésta mañana al pararme en la misma tierra, en el mismo patio, no me había fijado de un viejo palito marchitado por el tiempo bajo sol y sereno— Es que tenía una rosa, la mas bella desde hace tiempo.
No porque yo la inventé, sino que yo la engendré día a día con agua y estiércol, allí en donde siempre había estado en el surco donde yo la sembré. Ella no salió de una fantasía ni un sueño, sino de un surco en donde había sembrado la semilla.
Es así que es la poesía de donde brotan los versos y las rimas. Esos que vibran en los surcos de esa musa que nos inspira y nos domina. De eso que es nato y para nuestro ser tan grato, que es como la naturaleza porque ella es pura belleza. Esa que va brotando paulatinamente desde el alma de alguna experiencia o alguna vivencia que se vive en la vida… así es la redundancia de tantos menesteres que con la muerte solo termina.
¿Sabrá alguien definir la poesía? Ella es mucho más que la esencia de un sentimiento, o del amor una sensibilidad, una idea o un presentimiento. Ella no es nada de lo que uno se imagina… Ella es solo un momento— de algo perfecto— que nos despierta el alma, que nos despierta la conciencia, que se va plasmando y en un lienzo le empiezas a respirar vida… con un simple instrumento que es el cincel con el que la vas pintando.
Ella es como una piedra rústica cruda que ha salido de una mina, y tú empiezas a labrarla como si tu vida dependiera de ello. Empiezas a quitarle o añadirle, a pulirla— hasta que vez el diamante… entonces lo pones al sol—.
¡Míralo… como es que brilla! Y eso es poesía…
El Poeta Rascaso Playa de Fajardo Puerto Rico 1-31-10 |