Plaza, sos el club de corazones solitarios, templo de cariños y amores prohibidos, refugio al descubierto de sueños destrozados., nuestro lugar de citas y encuentros furtivos.
Plaza, sos pulmón de mi ciudad voraz patio de juegos del niño huérfano, cancha de fútbol del goleador tenaz, o hasta la cucha de un perro callejero.
Solo se oye el trinar de alegres pajarillos que acuden a ti, plaza, al transcurrir la tarde y yo solo oigo tu voz y sigo mi instinto mientras mi piel cada vez más, arde.
Árboles mudos que sin embargo suspiran por el rozar suave de este viento fueron testigos presenciales que ella suspira con las caricias suaves de mi aliento.
Plaza sos la testigo de nuestro amor intenso. Plaza sos amiga del deseo inmenso. Nos ve pasar de la mano el pueblo entero hasta nos vio el nieto del pino de San Lorenzo.
Plaza que del hastío provees sombra, el tiempo en ti tiene juventud y candor mientras mi reloj a mi amada nombra, y espero a la sombra del plato volador.
Plaza que nos das paz interior del alma dentro de ti seguiremos estando, nos das descanso, nos das la calma mientras tú me sigas necesitando.
|