EL DESAMOR
Acongojada mi alma día y noche delira, el corazón suspira por ilusorio bien; mas las horas fugaces pasan en raudo vuelo, sin que ningún consuelo a mi congoja den.
Entre mis venas corre sutil, ardiente llama, que sin cesar me inflama, y llena de dolor. Pero una voz secreta me dice: ¡infortunada! Vivirás condenada a eterno desamor.
Como muere la antorcha escasa de alimento, así morir me siento en mi temprano albor: ningún soplo benigno da vigor a mi vida, pues vivo sumergida en triste desamor.
Como fatuo destello que brilla y se evapora, se disipó en su aurora el astro de mi amor: fuese con él mi dicha, fuese con él mi calma; quedóle sólo a mi alma perpetuo desamor.
Esteban Echeverría
| | | | | | | |
| | | | | | | | | |