El silencio de la noche grita; grita el gemido del cantor; grita la oscuridad del soñador; grita la conciencia que se agita ante el pecado desgarrador.
¿De dónde viene la voz? Pregunta el alma mortificada, escondiendo de todos la cara, ocultando su delito acusador.
Suspiros, susurros y lágrimas elevan al cielo una oración.
Suspiros, susurros y lágrimas delatan un arrepentido corazón.
Pastor Pablo Caballero
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