Me fascinan las azules mañanas y sus desayunos divertidos. Me fascina la siesta de la tarde y su desfile de besos adormecidos. Me fascinan las noches de cine y los cotilleos de madrugada. Se rinde repentino el asombro: ¿Esta inmensa fascinación de donde habrá surgido? Es que me fascina todo, absolutamente todo lo que comparto contigo.
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