Atrapada en la garganta, la palabra
no se atreve siquiera a perfilarse,
mientras sutil tu imagen se pasea
queriendo parir luz un verso serpentea.
Y en estos labios sellados a porfía
no se asoma la fe de un nacimiento,
brota un sentir de tiempos desgastados
por unos labios ilusos que soñaron
abrazos cálidos perfumados de versos.
Ya no es preciso, te digo sin rencores
cuando sea parido el verso no habrá tiempo,
para buscar si acaso aún despierta
en tu gélido pecho un noble sentimiento.
Si no regaste el jardín ya no habrá flores
ni primavera en los rincones de mi huerto,
en mi garganta sólo versos congelados
enmudecidos quizá como un lamento.
Y atrapados los versos en tu boca
alcanzarán la ribera de mis besos
en un crepúsculo almendrado de misterios
despertarán con un sentir perdido
por lo que pudo ser y Dios no quiso
una simple pasión atada en versos.
FORESTINA