En el oscuro sonido de mi eco en el silencioso susurro del viento en el llanto de los niños en el canto de las aves Aun escucho el sonido del miedo,
Esa vos grabe y fuerte que me dice que tema, que me ordena, que de eso mi alma envenena. Me implora por lamentarme y así con el miedo alimentarse, saciarse y un banquete darse.
Con el miedo de las personas, aquellas que imploran que esto se termine, que ya no quieren mas temer. que en el día sonríen, pero por las noches comienzan a ceder, a preguntarse cómo podemos al miedo vencer.
Un niño contesta con la fuerza con la que vemos luchar a los demás con la esperanza que tiene un anciano de vivir muchos años mas.
con la pasión de los que se deciden a triunfar con la ilusión de un niño que quiere ser como superman con la alegría que día con día los niños nos pueden contagiar con la valentía de decir: “Te amo Dios, solo Tú, me puedes enseñar.
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