Culpo al hombre
Un pobre niño ha llorado
En el propio lecho
De una inevitable suerte,
Ha dado un último suspiro,
Sus ojos se han cerrado
Y su indefensa madre
Llora en su pequeño pecho;
El frío y oscuro manto
De la inesperada muerte
Ha envuelto el aire que respiro
Donde todavía oigo
Su incesante llanto.
No culpo al arma
Que lo pudo haber matado,
Ni a la bala que fulmina
Ni a la bomba que extermina;
Sino a la mano del hombre
Que empuña en si la destrucción
Culpo a un corazón
Salvajemente despiadado
Que arranca la vida sin haber creado
Que la ahoga y la sofoca
Sin haberla amado.
Colaboración de Aliona Guelmes
Rusia