ay diez cosas fuertes. Lo es el hierro, pero el fuego lo derrite. El fuego es fuerte, mas el agua lo apaga. Ésta tiene fuerza, pero las nubes la evaporan. Las nubes son poderosas, pero el viento las dispersa. El hombre es recio, las los temores le agobian. El temor es formidable, pero el sueño lo vence. el sueño es arrollador, pero más lo es la muerte. El amor bondadoso, sin embargo sobrevive. -El Talmud.
i trabajáramos hombro con hombro en una campaña de paz con tanto ahínco como para ganar la guerra, estaríamos en aguja. La paz es como la prosperidad: pocas naciones pueden sostenerla. -W.R.
l gran secreto, que conocen los internistas pero aún ignora el gran público, es que todo suele mejorar por sí mismo. En realidad casi todo mejora a la mañana siguiente. -Dr. Lewis Thomas, en The Lives of a Cell
“ la descarnada princesa se casó con el feo príncipe. Y vivieron felices”. No se cuentan así los cuentos, pero eso sucede en la vida real. Pocas son las bellas, o los bellos, y en todo caso su belleza es efímera. Se me ocurrió este pensamiento en el supermercado, mientras observaba algo familiar en todas las caras y figuras, un común denominador, una tranquilizante ausencia de guapura que llamara la atención. “Las personas”, pensé, “no son todas héroes y heroínas. En el mundo real son actores de carácter” Como confirmación de esto vi reflejado en el cristal de una puerta un tipo flaco de chaqueta gris pasada de moda, pantalones pardos con grandes rodillera y zapatos gastados. Andaba con paso lento y cuidadoso, y un ensayo de sonrisa en los labios que más parecía una mueca de dolor o de fatiga. “He ahí la prueba de mi teoría”, me dije para mis adentros… y entonces me reconocí, -R.M. en Monadnock Journal
os modales son más importantes que las leyes. De aquéllos, en gran parte, dependen éstas. La ley nos afecta aquí y allá, de vez en cuando. Los modales son lo que nos subleva o apacigua, corrompe o purifica, exalta o rebaja, nos embrutece o nos refina merced a su acción constante, continua, uniforme e insensible, como la del aire que respiramos. -Edmund Burke
os movemos en un río de conversación. Somos las historias que nos contamos, los mitos por los que nos regimos. Gran parte de lo que somos procede del guiso de tramas que nuestros predecesores discutieron acaloradamente, matizaron, moldearon e hicieron propias. Los días que pasamos en un sitio depositan en él sus verdades como los minerales en los huesos -Kathleen Hirsch
ocas actividades recompensan tanto la esperanza como la pesca. Aunque ningún pez muerda el anzuelo, recuperaremos el contacto con el mar y, una vez hecho eso, el contacto con el alma no anda muy lejos. -A.E. Maxwell
“os seres humanos somos muy complejos y uno de los trabajos del escritor me recuerda al del cirujano que abre el corazón y lo muestra como es en sus contraste, luces y sombras. Sería muy simple clasificar a los hombres como buenos y malos; además, ¿quién estaría calificado para juzgar? Un escritor cuyos personajes buenos siempre son buenos, que no anida en ellos una gota de maldad, o bien que los malos siempre son malos, que no anida en ellos una gota de bondad, me aburre soberanamente porque siento que ese escritor no ha vivido nada, que desconoce por completo lo que es la naturaleza humana” -Eusebio Ruvalcaba
os poetas dicen que la ciencia no valora la belleza de las estrellas: los ven como simples globos de átomos de gas. Pero yo también soy capaz de verlas y sentirlas en una noche limpia. No sé si veo más o menos que ellos, pero mi imaginación se ensancha con la vastedad del firmamento; clavando los ojos en este carrusel, percibo luces que nacieron hace un millón de años. No afecta al misterio saber un poco más de él. Ricardo Freymann.
ontar historias es parte fundamental de toda cultura: la gente siempre ha tenido necesidad de participar emocionalmente en relatos y, siendo así, quizá lo actores hayan desempeñado un papel importante en todas las sociedades. Pero nunca han de olvidad que quien hace realmente el trabajo es el público, cuya intervención es central en el proceso. Todos los incidentes teatrales, pueden lograr la participación del público, el cual se convierte así en el actor del drama. -Marlon Brando
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