BAÑANDO A MI ABUELA
Llevo de la mano a la ternura a tomar su baño diario Los ladrillos menta me reprochan la revelación de la carne esa luz de mar con que lastima
Es mi abuela una luna con sus cráteres un mármol adornado de turquesas el resumen de una rosa la columna intacta de una ciudad perpetrada
Y pienso en sus batas ese manicomio que llamamos ropa. Con gusto nadaría los siglos para regresarla al paraíso
Pero aquí, tan lejos del tacto pero así, tan luz en la sombra
Ciega acomodo sus miedos deshilvano sus mantas y la riego como un dios a una comarca
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