Hay sueños que nacieron para terminar nulos en el mismo instante de querer alcanzarte con esas palabras vacías que tú nunca les pudiste llenar.
Te confeccioné los sueños más dulces y de colores que sólo existen en lo fantástico, pero tú que eres musa mala los llenaste de amargura y rompiste sus bordes que estaban junto a mi corazón.
Esos sueños lloraron por las heridas que cada verso ficticio irrumpieron en el ojo de nuestro andar.
Soñarte era mentirle a mi corazón porque sólo eran sueños míos que esperaban romper ese silencio que era la única respuesta de este mensaje de amor.
Esa era la verdad, amor de mi parte y silencios del tuyo.
Silencios que herían a mis sueños que los tejí pensando en esperanzas vanas que terminaron en estos versos que no te gustarán.
Fue un principio y un final funesto, nunca estuvimos delante de nuestros ojos y por ello mis recuerdos no tuvieron esa fuerza que necesitaron cuando tu silencio les hizo morir.
Y serán sueños rotos, como aquellos versos que yacen en papales huérfanos que se barrieron cuando ya no los quise continuar.
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