Un viejo árabe que vivía en los EE.UU., cerca del Pentágono desde hacía 40 años, quería plantar papas en su jardín, pero arar la tierra ya era un trabajo muy pesado para él.
Su único hijo Ahmed, estaba estudiando en Francia y el viejo decidió mandarle un mensaje por correo electrónico explicándole el problema: Querido Ahmed: Me siento mal porque no voy a poder plantar mi jardín con papas este año. Estoy muy viejo para trabajar la tierra. Si tú estuvieras aquí, sé que darías vuelta la tierra por mí. Qué Alá esté contigo. Te quiere, papá.
Pocos días después recibió un correo electrónico de su hijo: Querido papá, por lo que más quieras, no revuelvas la tierra de ese jardín, ahí es donde tengo escondido aquello. Te quiere, Ahmed.
A las pocas horas aparecieron cientos de Policías local, agentes del FBI, de la CIA y representantes del Pentágono para registrar el jardín en busca de materiales de destrucción masiva, bombas, ántrax o lo que sea. Removieron toda la tierra del jardín y como finalmente no encontraron nada y se fueron.
Ese mismo día el hombre recibió otro mail de su hijo: Querido papá: Seguramente ya podrás plantar las papas. Es lo mejor que pude hacer desde aquí. Te quiere, tu hijo Ahmed.
“Haz como el anciano, pídele a Jesús, todas aquellas cosas que no puedas realizar, un día El te sorprenderá, de una manera que nunca podrás imaginar”