Muchas lágrimas ya han pasado, desde aquel llamado tan lejano que fue tu triste portavoz: “Amor mío he partido, sin un beso ni un adiós...”
Instante fatal, cruel y oscuro, me quedé sin presente ni futuro. Instante en que te arrancaste de mi vida sin un motivo ni una explicación... Partiste llevándote toda la alegría, dejando sin latidos a este corazón.
Oír tu voz, ferviente deseo de mis anhelos más cobardes, es imposible ya no puedo... ¡No hallo el valor para llamarte!
Será el miedo que me digas: que estás bien, que has encontrado quien te llene de amor y poesía, que de mí te has olvidado.
O tal vez, me digas vacilante: “Estoy mal te extraño con locura” y yo morirme en la amargura de no poder en mis brazos consolarte.
Tan sólo me queda este sentimiento, infinito, latente... ¡Pura pasión! En la espera eterna del casual momento en que tus palabras devuelvan la ilusión:
“Vida, al fin he regresado, no imaginas... ¡Cuánta falta me hace tu Amor!”
FABIAN RUIZ |