Imperfecto
La imperfección habría de medirse en el color de los ojos, no en la palabra disparada, para que tú y yo nos encontráramos sin saberlo.
Mi imperfección fuera la que te empuja a desarrollar tus manos en el trabajo del día a día, del tú y yo igual a nosotros.
Tu imperfección fuera lectura para la enseñanza constante del que desconoce la palabra intolerancia, pero la practica.
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