Me perdí por los caminos de la vida entre flores silvestres y palomas blancas. La luna me vio pasar de prisa en un silencio de duendes y de algas, envuelto en el luto de la noche fría siguiendo la huella de la fiel manada.
Desprovisto de corazas y de miedos me fui alejando una mañana con el corazón entre los dedos y un puñado de arena en la mirada.
Pero aun así me sigues queriendo como queriendo sigue el lucero al alba aunque a su paso fugaz encienda solo un destello en cada madrugada.
Y yo te sigo queriendo (si bien suena a un verbo paria) te sigo queriendo aunque tu amor y el mío ya no dejen ganancias.
Es que del labio no se pierde el beso repartido en abundancia ni del pecho se te quita lo que siembra cada instante la nostalgia.
Y tu… amor… distancia
Cabalgando la cintura del eclipse perdida entre los pliegues de tu falda Seguirás presta a tus sueños Seguirás siendo cristal y hacha.
Y yo… amor…distancia
Buscando entre las hierbas húmedas acaso encuentre un musgo de esperanza Quizá la piedra me devuelva en versos tal vez la vida me resople el alma