No sólo eres mi hombre, eres mi músculo,
la otra mitad de mi cuerpo,
la fuerza que me protege y de mí se apodera,
cierro los ojos y cedo,
tus hombros fuertes sobre mi nariz,
tus sabios besos que me hacen feliz,
un temblor que me hace olvidar,
perder el equilibrio, abolir la identidad,
no sé quién soy, pero sé que soy tuya,
en el mundo sólo queda esa verdad,
mientras la realidad se deshace
en danzantes guirnaldas multicolor
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