Vestida de silencio
Vicente herrera márquez
Tus palabras se van envolviendo en mantos de silencios
y no se oyen con la fuerza que se expresaban ayer.
¿Será que está tu voz cansada o será mi audición gastada?
¿Será el bullicio de la gente o será el callar de la distancia?
Te vistes tan solo con silencio y te alimentas de olvido,
ya no escribes poemas, ya no sueñas, tampoco susurras amor.
No gritas libertad, no ríes, no lloras y has dejado de cantar,
parece que tu canto de vida la noche lo puso en sordina.
Vestida de silencio deambulas los pasillos de tu claustro,
olvidando que los versos que escribiste los tiene el mundo,
el cual reclama tu presencia cuando lee la esencia de tus letras,
aquellas con que describes la opresora compañera de tu vida.
Entre sombras indiferentes, vestida de silencio, esperas un milagro.
El milagro que te arranque de la depresión que viste tu alma.
Entre hojas arrugadas, archivos borrosos y teclado inerte,
tu tiempo se hace infinito y tu espacio se prolonga sin forma.
No escuchas las palabras que quieren poner risa en tus labios,
rehuyes las preguntas de los ojos que buscan tu mirada,
entornas las cortinas del encierro rechazando la luz de la mañana
y apenas musitas un buenos días cuando el sol toca tu ventana.
Vestida de silencio vas por los caminos y las páginas de tus libros,
no oyes el grito de aquel poeta que te quiere acompañar,
no ves a la florista que tiene una rosa roja guardada para ti
y no miras al insistente mendigo que tan solo te pide una sonrisa.