El corazón de toda Gran ciudad es la Ciudad Vieja... con sus callecitas laberínticas, angostas, empedradas, de proporción y escala muy humanas. Todo en la Ciudad Vieja nos habla de otros tiempos, de más calidad de vida, cuando no había automóviles ni grandes avenidas. Caminar entre sus callecitas, sus plazas, parques, fuentes, casas y tiendas... es mi pasatiempo favorito... Pero muy especialmente visitar las tiendas antiguas. Como ésta por ejemplo, llena de historia y de caminos... Y siempre que llego aquí, mi anciano amigo me brinda muy amablemente su tiempo y su conversación...
-Hoy leí sus publicaciones, y me parecieron muy interesantes... -¿Mis publicaciones? ¿A qué se refiere? -Me refiero a sus cuentos que publicaron en www.lotorojo.net -¿Qué, los publicaron?... -¡Claro! Y me gustó mucho "El Laberinto". Pero dígame, ¿es algo que le sucedió realmente o todo fue un producto de su imaginación? -Verá usted... Ahora, después de tantos años de lo acontecido, ya no se si todo aquello fue un sueño o si ocurrió realmente. -Usted insiste mucho en la importancia de encontrar un Guía o un Maestro para la Realización Espiritual, ¿ciertamente, lo considera así? -¡Pero claro que si! Todas las Escrituras Sagradas, los Santos y Sabios nos dicen que Dios está dentro de nosotros y que todas nuestras penas y preocupaciones terminarán únicamente cuando volvamos nuestra atención hacia Él, hacia adentro... Y que esta realización de Dios no será posible sin un Maestro Espiritual. Ellos nos afirman y confirman la necesidad de este místico adepto para que nos guíe en nuestro Viaje Espiritual Interno... De hecho que el hombre necesita un profesor... A cada paso desde la hora de su nacimiento no aprende nada sin un maestro... Sin embargo, cuando se trata de estudiar La Ciencia del Alma -la más fundamental de todas las ciencias- rara vez acude a un maestro a pesar de que sabe que sin él resultará verdaderamente imposible avanzar ni siquiera una pulgada en este camino. ¿Qué hacemos cuando no conocemos el camino que conduce a algún lugar? -Pues... pedimos información a uno que conozca... -¡Exacto! De igual modo, antes de emprender nuestro Viaje Espiritual Interno, debemos procurarnos la ayuda de un Guía Perfecto... Imagínese, si hasta por estas callecitas por donde hemos pasado muchas veces nos hemos perdido por no llevar un guía... Qué de menos será entonces en el sendero que nunca hemos recorrido... Por eso uno nunca debe ir solo por él. Debemos tomar siempre un guía; sin un guía el viajero corre muchos peligros... ¿Quién puede vencer los peligros de la mente sin la ayuda de un Maestro Espiritual? Sin un Maestro verdadero, sin un guía perfecto nadie puede cruzar el vasto océano de la existencia material... La misericordia de estos Santos consiste en sacar de esta miseria a las almas rendidas y sinceras y guiarles en este Viaje de Regreso a su Hogar... a su Verdadero Hogar... Porque tal como está ordenado por el Mismo Señor... -Nadie llegará al Señor si no es por medio de un Maestro Espiritual ¿No es así? -Si, así es mi querido amigo... -O sea que sin su mano protectora ¿resultaría muy peligroso intentar penetrar por aquellas regiones tan sutiles? -¡Efectivamente! En ese sendero son muchas las tentaciones que aparecen para extraviarnos... -¡Caray! ¿Y usted cree que aún estoy a tiempo para encontrar a mi Maestro Espiritual? -¡Pero por supuesto que si! ¡Nunca es tarde, mi querido amigo!
Jay Radhe Radhe!!! |