Libertad
Libertad, eres un grito de eternidad, desafiante entidad que me confunde a veces, cuando te pienso, cuando te siento, se me aprietan hasta los dientes. Misionera, pasajera, en mi alma te quisiera.
Compañera inocente, impaciente, de una mente convaleciente, consciente de que somos pocos, los que te entienden. Guerrera de por vida, osada sinfonía, que jamás se dará por vencida.
Susurras desde abajo, agónica, disfónica, de una historia prepotente, y es que somos humanos, sin que eso sea malo. Pero somos débiles, pequeños, y caminamos por túneles subterráneos.
Soy parte de tu drama, eterno dolor de quienes aman, pócima letal del corazón en llamas, ese que se desangra y se desgarra, porque soltó la mano y el abrigo, de un ave en busca de otro nido.
Permitiendo que se vaya, te hago mía, flor de otoño, traicionera, me dejas sola y sin su compañía. Me despojas de mis sueños, de mis fantasías, eterna amante del amor y de la vida, implacable consejera, justo ahora me desafías.
Como te nombro sin sentirme herida, si me dejas sin aire, me dejas sin vida, celosa, envidiosa de la mano que lo acoja, libre por el mundo en busca de otro rumbo, y yo en mi destierro sola, por amar sin ser verdugo, de un corazón que preso a mí lo quisiera.
Y aquí estoy, sostenida apenas por una quimera, un sentir profundo de que eres verdadera. Consecuente con mi mente y con tu lema, sigo mi camino por la misma vereda. Voy con la frente en alto y tu bandera, soñando que algún día, talvés me quisiera.
SALDUDOS DE TU AMIGA
|