Digo que nuestro amor ha sido como un crucero de lujo surcando acerados Atlánticos. Hemos recorrido sus cubiertas Y visto desde allí puestas de sol inolvidables sobre bahías donde casas ocres y naranjas absorbían la luz como cajas encantadas.
Como joven pareja enamorada nos hemos deslizado por las pistas de baile en las fiestas de gala. Hemos cenado en la mesa del capitán Y tú has mantenido la conversación amena, has hecho reír a los comensales mientras yo, en un silencio adorable, celebraba tus bromas y reía sin cesar escuchando una y otra vez las anécdotas, los mitos familiares. En la suite matrimonial hemos hecho el amor como rito de confirmación de nuestra felicidad.
Las historias de nuestra travesía han sido la envidia de las amistades menos afortunadas. Hemos construido , con destreza de arañas la tela de la leyenda que ahora habitamos.
Esa misma iridiscente felicidad que, en noches como ésta en que te desquiero, sueña con mares oscuros y témpanos.