Carta del corazón de los hombres, al corazón de las mujeres.
¡Los hombres no lo entendemos! No importa el por qué, lo importante es que simplemente no lo entendemos. Las cosas realmente estúpidas que hacemos y, lo que es todavía más importante, las que no hacemos, se deben a la ignorancia y a lo que les parecerá a ustedes un estrafalario conjunto de prioridades con las que estamos tan unidos que pueden dominarnos y definirnos.
Con frecuencia medimos el éxito muy estrechamente y casi siempre desde una enorme perspectiva económica.
Nos enorgullecemos de proteger y alimentar a nuestras familias, y sentimos una gran verguenza si creemos haber fallado. Podemos obsesionarnos, mirando como a través de un túnel, que olvidamos o pasamos por alto que necesitan mucho más. Perdemos de vista la realidad en la que necesitan amor, apoyo, interés y cuidado. Esta mentalidad de hombre de las cavernas puede cegarnos ante su dolor, su soledad y sus necesidades. En pocas palabras podemos ser increíblemente egoístas. Los hombres deseamos realmente a Betty crocker o Chepina Peralta en la cocina y a una diosa del sexo en la cama. Y deseamos todo después de que volvemos del trabajo, y lo queremos todo gratis. Las comparamos con mamá y esperamos que nos pongan en el primer lugar, pero no tenemos la menor idea acerca de cómo corresponder de manera justa con ustedes. Nuestros Egos son frágiles, y cuando el mundo parece volverse hostil, hacemos nuestra rutina de tortugas, nos enconchamos en nosotros mismos y desquitamos nuestras frustraciones contra ustedes. Queremos su ayuda, pero luego las criticamos y fastidiamos si nos la ofrecen, especialmente si tienen la razón.
Podemos no entenderlo, al menos no de la manera que ustedes quisieran. Pero eso no significa que a nuestra manera torpe y vacilante no nos importe. Sentimos, sufrimos y necesitamos tanto y tan profundamente como ustedes. Nos hacemos los fuertes y ocultamos nuestras emociones. Puede ser cierto eso de que los hombres no lloran. nuestras lagrimas pueden ser calladas y correr por dentro y no por fuera de nuestras mejillas, pero sí tenemos sentimientos profundos...y necesidades más profundas. Cuando deseamos dominar por medio de la intimidación, es para ocultar nuestro temor y nuestra duda. Cuando nos jactamos, es a causa de nuestra frustración con nosotros mismos. Cuando criticamos y menospreciamos, eso se debe a una falsa sensación de superioridad, destinada a ocultar un ego herido. Por favor, no se aparten por culpa de nuestra contradictoria "lengua extranjera".
Deseamos y necesitamos que vean a través de nuestras "máscaras de machos". Necesitamos que vayan más allá, que nos tomen de la mano y la opriman contra el calor de su corazón.
Fco. Gustavo
12 mayo del 2003