1. Gritar furiosa y llorar desconsoladamente durante la misma discusión.
2. Conquistar a un mujeriego para transformarlo en un hombre de familia.
3. Dejar a ese reluciente hombre de familia para conquistar a otro mujeriego.
4. En una cita, insistir en pagar la mitad de la cena y no volver a salir con él si acepta la oferta.
5. En invierno, salir con una remera diminuta y pollerita y terminar envuelta en un sweater enorme y prestado que dice "Viaje de egresados 1998".
6. Repetir incansablemente que sólo necesitás amor, comprensión y estabilidad, y sentir repulsión por un hombre bueno y simple que te manifiesta frontalmente su devoción.
7. Comprar modernas prendas holgadas y llenas de cachivaches que sólo otra mujer puede apreciar.
8. Ponerse a dieta terminal para ir a un casamiento y comer como una piraña fuera de control durante toda la fiesta.
9. Seguir pretendiendo que los hombres puedan ver lo enojada o triste que estás sin haberles contado nada.
10. Guardar rencor y bronca durante meses y estallar porque se derramó la sal.
11. Analizar tu vida amorosa desglosando cada frase y cada actitud de tu pareja con tus amigas pero cortar una relación si la tarotista asegura que no es el indicado.
12. Enamorarte de un hombre casado porque es incapaz de traicionar a su mujer.
13. Despotricar cuando un hombre pesado e insistente te corteja, y perder la cordura cuando por fin deja de hacerlo.
14. Catalogar a una amiga sexualmente hiperactiva como "una perdida" y a una más selectiva de perdedora o lesbiana encubierta.
15. Comprar una remera de verano en noviembre sabiendo que en enero va a estar a mitad de precio.
16. Dejar a un hombre porque ya no te gusta y que vuelva a gustarte cuando él encuentra a otra.
17. Ponerte ropa nueva para una cita sabiendo que un viejo vestido negro te queda mucho mejor.
18. Hacerte la permante si tu pelo es lacio, plancharlo si está enrulado o teñirlo de rubio si es oscuro.
19. Insistir y esperar cuando la relación está acabada hace tiempo.
20. Morir de amor por un hombre que cría sólo a sus hijos y sentir pena por una mujer que hace lo mismo.
21. Decir que las modelos "son demasiado flacas" mientras te tambaleás por el cuarto día de ayuno.
22. Declarar durante todo el año que celebrar el aniversario es una estupidez y enojarte con tu pareja cuando la fecha llega y se olvida.
23. Seducir a un hombre sabiendo con seguridad que jamás vas a dejar que te toque un pelo.
24. Negarte a dejar los dulces para bajar el colesterol pero hacer la dieta del arroz para usar un vestido.
25. Creer en el horóscopo en las semanas que anuncia cosas buenas.
26. Ir a una fiesta en stilettos y tirarlos debajo de la mesa luego de quince minutos para poder bailar.
27. Hablar de dieta con una torta en la mano y hablar de tortas cuando estás a dieta.
28. Quejarse de que la depilación es un hábito primitivo y gritar de asco cuando tu marido dice que dejes de hacerlo.
29. Tomar sol al mediodía untada en aceite de cocina y comprar crema antiarrugas y gel para contorno de ojos.
30. Declamar una y otra vez fuerte e independiente que sos y simular debilidad e indefensión cuando necesitás de un hombre.
31. Decir que no querés nada para Navidad y secretamente esperar el regalo sorpresa.
32. Remover esos aros divinos de tus inmensas orejas alérgicas, esperar dos o tres días y volver a usarlos.
33. Decir que "lo importante es lo de adentro" cuando tenés un novio feo, y alegar que "la piel es todo" cuando conseguiste uno lindo.
34. Creerle al mismo hombre cuando habías jurado no volver a hacerlo.
35. Perseguir a tu pareja para que colabore en la cocina pero echarlo por inepto en cuanto empieza a ayudar.
36. Espiar y acechar a las compañeras de oficina más vagas e ineptas para amargarte y sufrir.
37. Probarse ropa durante toda una tarde y salir con el primer conjunto que elegiste.
38. Arrancarte los pelos de piernas, axilas y cavado con cera caliente o una máquina eléctrica y llorar cuando te quebrás una uña.
39. Abandonar a tu novio porque es celoso y sentirse fea y desamparada cuando no te celan.
40. Ser capaz de dirigir una empresa de doscientos empleados, un país de treinta millones de habitantes o una familia de doce miembros pero llamar a tu mamá cuando te duele la muela.
41. Dejar la ropa más nueva y linda para salir cuando en realidad pasás cuarenta y ocho horas semanales en la oficina y tres o cuatro en una salida.
42. Pellizcar bebés ajenos, pensar hasta el cansancio los nombres de tus futuros hijos, emocionarse con los embarazos de tus amigas y llorar desconsoladamente el primer día de atraso.
43. Ir a una fiesta o reunión en la que está el hombre que te rompió el corazón.
44. Preguntar si estás gorda para que te digan que estás flaca.
45. Mirar comedias románticas y melodramas al día siguiente de cortar con el amor de tu vida.
46. Censurar a las amas de casa porque no tienen una carrera y a las que tienen una carrera porque la empleada doméstica cuida de sus hijos.
47. Sentir discriminación si eligen a un hombre para tu puesto pero tener un derrame cerebral de ira si eligen a otra mujer.
48. Llorar con los documentales de los animalitos de "Animal Planet" e hiperventilarse de excitación frente a una cartera de cuero.
49. Considerar que a los sesenta años un hombre es joven, y una mujer una abuela.
50. Bajar de peso, hacerte las uñas, broncearte y vestirte mejor cuando terminás una relación y engordar 20 kilos y ponerte el jogging, cuando empiezás una.
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