Amor | 17878 lecturas
Yo soy tu Dios… tu Señor… tu Creador… tu Salvador… tu Maestro… tu Hermano… tu Amigo…
Conozco tus miserias, así como las aflicciones y tribulaciones de tu alma…
Soy consciente de la debilidad y enfermedad de tu cuerpo, lo mismo que de tus pecados…
Aunque seas débil en la práctica del deber y en la virtud y caigas nuevamente en los mismos pecados de siempre, que ya sé, que no quieres cometer…
A pesar de todo, Yo te digo: “Dame tu corazón y ámame tal como eres”
Si esperas ser un ángel para amarme, si esperas a ser perfecto, no me amarás jamás.
¿No podría Yo, acaso, hacer de cada grano de arena un serafín radiante de pureza, de nobleza y de amor, que me sirviera y obedeciera a la perfección?…
Sin embargo, yo prefiero el amor de tu corazón tal y como estás.
Dame tu amor y te enseñaré a amar más allá de lo que nunca has soñado…
Ámame como eres…
¡Ámame! y confía en mí en todo instante, en cualquier situación, en el fervor o en la tibieza, en la fidelidad o en la infidelidad, ámame como eres, y confía en mí…
Hijo mío, yo no necesito tu ciencia ni tu talento, tan sólo quiero el canto de amor de tu corazón,
Sí, claro que quiero transformarte, pero poco a poco, por ahora te quiero como eres y deseo que tú hagas lo mismo.
Quiero que pienses y confíes en mí a cada hora del día y de la noche, quiero que la acción más insignificante, que hagas, la hagas por amor a mí.
No dudes, ten Fe y confía en Mí.
“Dame tu corazón y ámame tal como eres”