La vida
Sí mis queridos amigos...
La vida, como tal (y me atrevo decir) que es como una metamorfosis, es algo extraño decir eso, pero dentro de un concepto... en que desde un cocoon, un feo gusanito, va tomando formas y va cambiando (invisiblemente) hasta que abre sus alas, y sale volando, a este mundo, (por bueno o malo que sea) así como nosotros mismos, llenos de sueños, fantasías, solos con nuestros pensamientos, pero a: ¿quién le importa eso? Claro esta, que no es hasta que la miramos bien de cerca o cruzamos caminos que nos damos cuenta de su inmensa belleza en la naturaleza... (A pesar del hombre que la sigue destruyendo.) Y de la facilidad que lleva cuando vuela en sus contornos mientras va haciendo camino de flor en flor. (Y lo menos que lleva en su mente es la noción de su corta vida, podría añadirle unas palabras de Séneca, de su bello libro: De la brevedad de la vida)
La mayor parte de los hombres, oh Paulino, se queja de la naturaleza, culpándola de que nos haya criado para edad tan corta, y que el espacio que nos dio de vida corra tan veloz, que vienen a ser muy pocos aquéllos a quienes no se les acaba en medio de las prevenciones para pasarla. Y no es sola la turba del imprudente vulgo la que se lamenta de este opinado mal; que también su afecto ha despertado quejas en los excelentes varones, o(mujeres) habiendo dado motivo a la ordinaria exclamación de los médicos, que siendo corta la vida, es larga y difusa “el arte de vivir.”
Y es exactamente ahí en esa flor que vemos su naturaleza, si va yuxtapuesta con la naturaleza y cuando respiramos ese nuevo aire, su frescura, su suavidad, y nos entra ese "donaire" en el alma, y de una forma o de otra... nos relajamos y es ahí que entramos en contacto con la vida... Tal vez pueda explicártelo con unos versos y no sé como saldrá ya que hace algún tiempo que mi mente anda dormida por cosas de la vida, y no ha entrado nada de escribir.
Yo puedo hablarte de la vida
en una bucólica sorpresa.
Yo puedo hablarte de caminos
de esos que jamás dos veces
uno no pisa… como el agua del río.
O de una noria y su burrito…
largo es su camino, pero sin destino.
De la vida sé cuantiosos versos profanos,
también pudiese hablarte de un beso
o un abrazo de esos que se dan como a un hermano,
puedo hablarte de tristeza o de un cielo
lúgubre. En donde el sol sale de sorpresa,
o ¡de la tempestad de la vida
dentro de un mar de desamores!
Pero hoy tenlo por certeza
que mis versos están muy lejos
del dolor, o del amor, con toda franqueza,
porque hoy solo quiero hacerle de un loor a una flor
y a la vida por haberme enseñado tanto.
Y de un poco de alegría bajo un cielo azul claro.
Se me viene a la mente aquella bella canción
de Violeta Parra: “Gracias a la Vida que me ha dado tanto.”
Y hoy abro mis ojos hacia mi jardín
allí veo los frutos de muchos años.
Por igual siento el aire fresco que entra por mí ventana.
Son los vientos alisios que llegan desde la mar
porque vivo muy cerca de ella.
Y hoy todo eso lo puedo disfrutar,
siendo todo ello mí mejor manjar.
Y hoy puedo mirar hacia el cielo
para darle gracias a Dios por su bello
regalo, sí, el de un bello despertar
aquí en esta islita que se llama
Puerto Rico, isla del encanto.
El Poeta Rascaso
Puerto Rico
8-8-10