Negar
Antes de negar con la cabeza, asegúrate de que la tienes.
Al negarnos a aceptar un poder superior inmutable que nos supera, hemos colmado el vacío a golpe de imperativos personales y, súbitamente, nuestra vida se ha vuelto espeluznante.
Servid cien veces, negaos una, y nadie se acordará más que de vuestra negativa.
Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.