CUANTO ME GUSTA TU MIRADA
Miré tus ojos perdidos en el horizonte,
pensativo, sabía que en mí pensabas,
que deseabas abrazarme y besar mi boca.
¡Cuánto me gusta tu mirada!
Y quise…
Hundirme en tus ojos infinitos,
hacerte sentir cuánto amor tenía en mí…
suspiré… sonreí,
sabía que mío era tu querer…
No sabes cuánto te amo…
Me gusta tanto como me miras
que pones alegría en mi corazón,
y así pasan las horas, yo deseando amarte…
y tú, dejándote amar.
Tu mirada…
Dios, cómo me gusta esa mirada callada
que oculta tanto amor… ese amor
que es para mí… mi dulce amor,
quisiera mirarte eternamente
y decirte muy suavemente que tuyo
por siempre será mi corazón.
Cheffo - José Antonio Dávila