Dos ángeles, enamorados, desnudos, quietos, queriendo amarse; dos ángeles que gritan al amor lo que hay escondido en el principio de la creación para amarse, ...y amarse de verdad. Ruegan a Dios por su bendición, por el decreto que les permite ser hombres para mostrar la esencia misma del amor; y es que el viento dice sus nombres cuando el eco sólido, esparce quieto el color de un sueño angelical que gime desde su cuna el deseo profundo de amar, solo con un beso, solo eso, un beso. Más ahora, Dios permitió ese deseo de que ese amor se haga eterno y, de que en este momento, tú y yo, seamos, los ángeles aquellos
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