EL CONEJO AVISPADO
Érase que se era un conejo avispado. Trabajaba con un mago en un lugar muy lejano
A través de la chistera acostumbraba a asomar y cantaba habaneras cuando debía cantar.
También se ocultaba en la caja entre pañuelos y flores y aguardaba con las palomas a que lo sacaran a tirones.
En un hermoso carromato el mundo entero recorría siempre saliendo de la chistera cuando la ocasión lo requería.
Llevaba un año entero trabajando sin parar y el mago explotador no lo dejaba descansar.
Llegado el invierno quería unas vacaciones y solo las consiguió cuando vinieron los ladrones.
Los ladrones robaron el equipaje del mago y después lo almacenaron con otros objetos robados
El conejo avispado rapidamente encontró una bota colorada y en ella se escondió.
Los malvados maleantes vendieron las mercancías y la bota colorada subió así a un tranvía.
Viajó por todo el campo y a una casita llegó y un inocente niñito en la pared la colgó.
¡Qué alegría más grande, cuando el conejo se asomó! La sala era impresionante. ¡Allí se divertiría un montón!
MILAGROS OYA
|