El foco de atención en las granadas podría desplazarse de las semillas a la cáscara. Foto de Rebecca Hale.
Tremendo ponche Las granadas son conocidas por sus semillas parecidas a rubíes, cuyas ricas reservas de antioxidantes podrían ayudar a prevenir enfermedades cardiacas y ciertos tipos de cáncer. Pero algunos de sus beneficios a la salud más prometedores podrían hallarse en sus cáscaras incomibles.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Kingston, en Londres, descubrió que una mezcla de extracto de cáscara de granada, sales de cobre y vitamina C puede reducir significativamente el crecimiento de algunas bacterias de hospital comunes. Declan Naughton, líder del estudio, dice que la fruta podría ser un arma nueva contra el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), capaz de causar infecciones serias en la piel, la sangre y los tejidos blandos. Irónicamente, los antibióticos empleados para erradicar el SARM han generado variedades incluso más vigorosas, y más gente fuera de los hospitales está contagiándose.
Los elevados niveles de antimicrobióticos en la cáscara de granada, que protegen la pulpa de la fruta de bacterias dañinas, podrían hacer lo mismo con los seres humanos, dice Naughton. Una aplicación ideal, con más investigación, podría ser un ungüento para cortadas, rasponazos o heridas quirúrgicas. “Cuando algo consigue meterse a tu torrente sanguíneo es difícil tratarlo”, advierte. Otro beneficio potencial: “No creemos que pueda tener efectos colaterales importantes, ya que hemos seguido el ejemplo de la naturaleza”. —Cara Birnbaum
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